Día #10: Phnom Penh - Kampot

Una brisa de aire fresco en un oasis de paz y tranquilidad es lo que estamos sintiendo (tras el día de ayer, creo que nos lo merecemos), desde que esta mañana hemos llegado a Kampot. Esta vez hemos optado por otra compañía de autobuses que ofrece un mejor servicio, sin paradas y por el trayecto más corto. Todo un acierto. Lástima que opere pocos destinos.
Así que para las 10:30 ya estábamos en el alojamiento, y vaya alojamiento. Seguramente tanto por la habitación, su decoración, la ubicación junto al río... el mejor hasta la fecha.


Nuestros últimos días en Camboya los vamos a pasar en la costa del sur, repartidos entre Kampot y Kep. Aunque hay otra zona de costa más popular y con mejores playas, cerca de la fiestera Sihanoukville, preferimos algo más de tranquilidad y vamos a huir de ese turismo de resorts, hamacas, y chiringuitos de día, y pubs y discos por la noche.

Construida al lado del río Kampong Bay, el legado francés se refleja en sus calles repletas de antiguos edificios coloniales que alojan ahora a los habitantes del pueblo. Son las típicas shophouses con dos plantas, en donde se vive arriba y siempre hay una tienda en el bajo.



Es de esas ciudades trampa, de las que si no esperas nada, puedes llegar a disfrutar en exceso. Como todas tiene su mercado, quizás algo más ordenado que otros y para nada turístico.
Aquí es muy famosa la pimienta, de la que se dice es una de las mejores del mundo y que en época del protectorado francés se encontraba en cualquier restaurante parisino que se preciara. Nosotros ya la hemos catado durante la cena.


Como en otras ciudades del país la vida se concentra junto al río. Con su puente de hierro y sus barcos pesqueros que al atardecer se dirigían a faenar formando una hilera de embarcaciones como si de tuk-tuks se tratase.


Y es que no llevamos más que unas horas y el ritmo sosegado y tranquilo que se respira nos ha llenado tanto que estamos muy, pero que muy bien. Y es que no debemos olvidar que estamos de vacaciones y estos momentos de relax son necesarios e incluso obligatorios, después del ajetreo que llevamos encima. Mañana seguiremos estresándonos...